Todos hemos escuchado y/o leído sobre el termino más utilizado últimamente el cual se denomina “Transformación Digital”.
En los últimos tiempos, y más aun con los cambios ocasionados en todos los ámbitos tras la pandemia del COVID-19, se ha demostrado la importancia de la “Transformación digital”. Se ha pasado de no darle importancia, a ponerlo como el punto central en cuestiones de inversión en cualquier organización.
Cuando hablamos de la transformación digital, nos estamos refiriendo al “Conjunto de cambios necesarios que las organizaciones deben llevar a cabo para aplicar la tecnología digital a todos sus procesos operativos y gerenciales, así como su forma de interactuar con los clientes”. Muchas empresas y organizaciones en nuestro país han iniciado algún tipo de “Transformación Digital” por la necesidad en las que se han envuelto. Por citar algunas; implementación de un ERP para gestión integral, saltar de usar un servidor propio a cloud computing, instalación y/o actualización de nuevo software, adquisición de hardware para mejorar, por ejemplo, la eficiencia en los procesos, por citar algunas.
Toda organización en crecimiento mejora continuamente y no por ello se transforman. Por lo tanto, la transformación digital no empieza por incorporar cualquier adelanto tecnológico sino en analizar los profundos cambios que se deben ejecutar para adaptarse al nuevo mercado.
¿Cómo migramos de un proceso actual a uno formal y planificado de transformación en nuestras organizaciones en pleno año 2022?
Hay 5 (cinco) puntos a tener en cuenta en este proceso y se describen a continuación:
Toda transformación requiere del liderazgo de los máximos responsables. La alta dirección debe tener claro el propósito, volver a repasar la visión, misión, la estrategia y cómo va a lograr un crecimiento rentable y sostenido.
Saber dónde estamos hoy, contar con un diagnóstico de salud de la empresa, organización, etc. Luego del resultado anterior, la prioridad será centrarse en identificar las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades (FODA).
Iniciar con la transformación de la relación y experiencia del cliente. En este momento los clientes están bombardeados, cuentan con exagerada información; todo está en internet y es público. El poder del cliente ha aumentado y su capacidad de decidir es tal que se puede hacer viral o echar abajo la reputación de cualquier empresa o marca en cuestión de minutos. Ha cambiado el “dónde”, “cuándo” y el “cómo” se toman las decisiones de compra. No sólo está afectando a la forma en que hablamos con ellos y les escuchamos, si no a los productos que debemos ofrecerles. Este nuevo mundo digital trabaja 365 días al año y ubicar al cliente en el centro de la empresa es clave. Todos los procesos, planes y estrategias deben girar alrededor de sus preferencias y en crear una relación de confianza.
Luego con la información obtenida, añadiendo la estrecha relación con el cliente, generar nuevos negocios e incluso diseñar productos adaptados a lo que piden, de forma rápida, ya que el elemento tiempo es cada vez más un factor influyente en la toma de decisiones.
Por ultimo incluir los procesos, equipos, herramientas y los colaboradores. En todo este proceso de transformación, la resistencia humana al cambio será uno de los puntos en los que deberemos enfocarnos. Tendremos que transparentar el plan desde el primer día e involucrar a todos los interesados reubicando a cada uno donde mejor puede desempeñarse y haciéndoles partícipes de todo el proceso. Es muy importante la movilidad y lo que nos ofrece la conectividad, para lograr un equilibrio.
Por ultimo con pequeños cambios las empresas pueden adaptarse, sin perder la perspectiva, por sobre todo sin olvidar de hacer constantemente la principal pregunta; ¿por qué se debe cambiar?
Cada día nacen empresas desde cero que no han necesitado una transformación digital, sino que ya han nacido digitales, con todos los procesos necesarios para un rendimiento óptimo, empresas que un día u otro van a competir en el mercado denominado por muchos como “Mar Azul”, y lo harán con grandes ventajas competitivas.
La tecnología está cambiando el mundo empresarial desde hace años, pero hoy estamos llegando a un punto crítico en el cual el cambio se produce tan rápidamente que aquellos que no sean capaces de reinventarse en los próximos 5 años, quedarán fuera de juego más pronto que tarde. No es un presentimiento, es un hecho que ya está empezando a nivel global.
Ing. Samuel Recalde, Líder de Implementación.